La sitcom. Orígenes, evolución y nuevas prácticas
La
comedia de situación o sitcom (término con el que se le conoce popularmente en
inglés y que surge de la contracción de las palabras “situation” y “comedy”) es
uno de los géneros, dentro de las series, que más éxito tienen. Su origen está
en los seriales radiofónicos y en los cinematográficos de la primera década de
los veinte. En ese momento, se definen sus principales características, que se
mantienen en la actualidad. Identificamos sus rasgos distintivos. Analizamos
las etapas que atraviesa este género y prestamos una atención especial a las
nuevas formas de publicidad y difusión que utilizan las sitcoms más populares
en la actualidad.
Soap
operas, telenovelas, series de acción y policíacas, y, por supuesto, comedias
de situación, forman parte de un grupo mayor, las series de televisión.
Apartamos los telefilmes y las miniseries para hablar de un gran género de
ficción que cobija las sitcoms, objeto de este estudio. Su principal
característica es la fórmula de la repetición, utilizada previamente en la
pintura y en la literatura. Como dice Trueno (2005, p. 13), se convierten en
parte de nuestra vida, aunque muchos las consideren un género menor al cine. La
actualidad televisiva refrenda esa afirmación: las películas cinematográficas
sufren una crisis de falta de espectadores mientras que las series ganan
seguidores exponencialmente. Gustan porque hablan de la sociedad del momento y
a pesar de ser ficción, son el género más pegado a la realidad, después de informativos y documentales.
Sahali (2007, p. 8) añade: “Sus historias, que muy bien podrían situarse en un
cruce de caminos entre el arte, la economía, la cultura, la política y lo
social, merecen nuestra atención”.
¿Cómo
se ha llegado aquí? Trueno (2005, p. 22) cita What happened to Mary?,
considerada el primer serial cinematográfico. Se estrenó el 26 de julio de 1912
y tuvo 12 episodios mudos. Su protagonista era Mary Fuller, una conocida actriz
de cine. Dos años más tarde, el 31 de marzo de 1914, se estrenó The perils of
Pauline. Tuvo 20 episodios, también mudos, y contaba las peripecias de una
joven que recibía una inesperada herencia de su tío. Para obtener el dinero,
tenía que casarse. Mientras, la secretaria del fallecido guardaba la fortuna.
Las dos series eran norteamericanas y se rodaron en Nueva York. Europa no se
quedó atrás, ya que en Francia se producía un mayor número de películas.
Precisamente, la Société des Etablissements L. Gaumont lanzó Fantômas en 1913,
de Louis Feuillade. Esta historia tuvo varias entregas durante ese mismo año y
el siguiente. Además, en 1980 fue adaptada de nuevo a la televisión y se
convirtió en una de las series francesas más importantes de la historia.
Sus
orígenes, según Cano, están en la ficción ateniense y romana, concretamente en
la comedia antigua de Aristófanes. El autor explica “que lo que los guionistas
y dramaturgos actuales le deben a Aristófanes es el modelo ancestral de la
ridiculización de cualquier intriga o situación social, con nombre y apellidos”
(Cano, 1999, p. 62). Aquel autor redujo al absurdo cualquier situación y empleó
con maestría el sinsentido. Es el género en el que el hombre se ríe de sí
mismo, de sus miserias y de sus tragedias. Convierte en cómico lo inferior, lo
feo y lo negativo. Aunque nos
sintamos superiores, simpatizamos con esos personajes porque ellos hacen lo que
nosotros querríamos hacer pero lo reprimimos por no transgredir una norma
social: tirar un pastel con crema en la cara de alguien, sacarle la lengua a un
policía.
El
siguiente género nació en Estados Unidos, donde recibió su nombre por la
contracción de situation comedies. Sitcom es su nombre popular y “ha sido
siempre uno de los puntos fuertes de la televisión tanto comercial como pública
norteamericana” (Álvarez de Armas, 1989, p. 72). También ha sido importantísima
en Reino Unido, donde la BBC la define formalmente como: “Comedia en serie de
televisión que presenta el mismo conjunto de personajes en cada episodio, en
situaciones divertidas que son similares a las de la vida cotidiana” (López,
2008, p. 17). Con esos componentes y el mismo nombre anglosajón, también ha
llegado a la televisión española.
En
1951 se estrenó I love Lucy, considerada la primera comedia de situación concebida
para la pequeña pantalla. Era una comedia blanca, creada para el lucimiento de
la actriz Lucille Ball (nacida en 1911 y fallecida en 1989). Fue producida por
la empresa Desilu, formada por ella misma y por su marido, y compañero
artístico, Desi Arnanz. I love Lucy asentó una nueva forma de trabajo:
integraba calidad con presupuestos poco elevados. Cada episodio duraba 22
minutos, aunque los guionistas tardaban alrededor de diez semanas en
escribirlo. Esa meticulosidad y cuidado fue lo que llevó a la serie a entrar en
la historia de la televisión y ganarse el cariño del público durante varias
décadas.
Las
nacientes comedias de situación parecían actuaciones humorísticas filmadas:
teatro, público directo y risas que se grabarían para convertirse en las risas
enlatadas. Todo se envió a Hollywood para crear un nuevo género, con el
precedente de Lucille Ball. El resultado no tardó en ser satisfactorio. Las
comedias dominaron las parrillas en los años 60 y 70 y a I love Lucy se unió
otra serie que hizo historia: Happy Days. Estuvo 11 años en antena y no
desapareció hasta la década de los 80.
No
podemos resumir 50 años de historia del género en dos únicos títulos. La sitcom
variaba según los gustos del público y los acontecimientos históricos. Las
comedias de situación entre 1948 y 1978 pueden ordenarse en los siguientes
grupos.
a)
Sitcom familiares: La familia tradicional (1948-1955), familia nuclear
(1955-1965), familia excéntrica (1965-1975) y familia social (1970-1978).
b)
Sitcom no domésticas: Las primeras comedias (1948-1955), comedias militares
(1955-1970), comedias de negocios (1960-1965), comedias de fantasía
(1965-1970), comedias rurales (1960-1970), comedias de aventuras (1965-1970) y
comedias de grupos profesionales (1970-1978).
Características de la comedia
doméstica
Después
de I love Lucy, Happy Days es la que tuvo más éxito. Además, es la sitcom que
podemos ver evolucionar casi hasta nuestros días. Su cancelación supuso un
bache para el género, que no resurgió hasta 1985, gracias a las comedias domésticas:
The Cosby Show, Familiy Ties y Cheers. Volvían a ser historias sencillas, con situaciones graciosas,
contadas en 20 o 25 minutos. Cada escena tiene un gag de acción o de diálogo,
un punto divertido que provoca la risa instantáneamente. Un gag es un
acontecimiento humorístico de cualquier tipo, una escena, mientras el chiste es
una respuesta que se da en un contexto. Las sitcom no deben entenderse sólo
como una sucesión de gags o sketches unidos y alargados. También necesitan una
estructura dramática de cierta duración, fundamentada en los conflictos entre
los personajes y las situaciones que provocan.
El
elemento destacado de la comedia televisiva es el gag recurrente, que es un
chiste o recurso cómico que los guionistas incluyen varias veces y aparece como
la característica de un personaje, como un rasgo más y una constante en la
serie. Si se consigue que funcionen bien, suelen tener mucho éxito y fidelizan
al espectador, que está esperando oír su frase favorita, o que su personaje
haga ese gesto tan divertido. Otro elemento característico de las sitcom es su
duración, que se concreta en 24 minutos y un único corte publicitario. Así se
crean dos bloques de 13 y 11 minutos aproximadamente, con tres o cuatro escenas
en cada uno de ellos.
En
la sitcom surge el conflicto y se resuelve, por lo que no queda pendiente para
el episodio siguiente. Esto convierte a los personajes en inmutables y
predecibles. Sabemos cómo se van a comportar ante las distintas situaciones y
aunque siempre lo hagan del mismo modo, siguen resultando graciosos. Por ello,
la sitcom se centra en el diálogo y no en los decorados o tomas exteriores. Los
espacios siempre son los mismos porque deben resultar familiares para el
público.
El
último elemento definitorio de la sitcom es la risa enlatada, que nace cuando
se hacían con público presente. Eso daba frescura a la grabación del programa y
servía como testeo para los guionistas. Esas risas, denigradas y devaluadas
tantas veces, eran más útiles de lo que parece. Su nombre de “risas enlatadas”
resulta muchas veces peyorativo pero no debe serlo porque se concibieron como las
verdaderas reacciones del público que asiste a la grabación en directo, y se
incluyen en la banda sonora final, como si de la grabación de una obra de
teatro se tratara.
La sitcom hoy
Con
los precedentes anteriores, queremos conocer las sitcoms más famosas y sus
nuevas formas de difusión y publicidad. Según Internet Movie Data Base
(www.imdb.com), existen 1.483 comedias de situación, estrenadas en televisión,
en todo el mundo, y desde 1947.
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